Planeación Estratégica, el recurso humano es una fortaleza

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En columnas pasadas iniciamos una serie de comentarios en donde abordamos el dinamismo de la Planeación Estratégica en una empresa familiar y/o mediana (en adelante Empresas) y revisamos primero una evaluación de lo transcurrido y lo que periódicamente habrá que replantearse. Posteriormente, en una segunda entrega se revisaron las fortalezas y oportunidades, debilidades y amenazas de una empresa, y dado el entorno cambiante se recomendó replantear las metas y proyectos a corto y mediano plazo. En la tercera publicación se recomendó dejar solo tareas o actividades usuales que agregan valor a las metas estratégicas previamente acordadas para la empresa.

En el presente artículo, revisaremos el uso de los Recursos Humanos para el replanteamiento de tareas o actividades con el propósito de alcanzar las metas estratégicas que ya hemos revisado y cubierto en las entregas anteriores.

Como apoyo a estos conceptos que revisaremos me apoyaré en algunos conceptos de bibliografía ampliamente publicada por diversos autores (“El gran paradigma de la T mayúscula”, Alejandro Ruelas – Gossi, Harvard Business Review, Noviembre 2007) y que han puesto en práctica exitosamente diversas empresas de México, particularmente con origen regiomontano, como CEMEX y FEMSA.

Empezaremos diciendo que las empresas están acostumbradas a encasillar sus procesos usuales dentro de un contexto de control absoluto y con decisiones piramidales. Esto dio buenos resultados en una economía y bajo un contexto de recursos humanos del siglo XX. Ahora bajo un contexto diferente y con nuevas generaciones de compañeros de trabajo cuyo pensamiento no es lineal el manejo empresarial se torna diferente. Esto ya se veía venir ya que los alumnos que cursaron su carrera académica en los años 2000 a 2010 usaban a la vez en el salón de clases su PC portátil y sus celulares, además ponían atención al maestro y daban seguimiento pleno al material expuesto en la clase o sesión. En sus casas estos alumnos usaban juegos digitales que cambian de escenarios y de retos a medida que estaban ganando puntos.

Ahora en los centros de trabajo ya no se puede usar el mismo esquema de tareas y actividades laborales que se seguían en el siglo XX para estos recursos laborales que provienen de otra generación. Debemos de aprovechar todas sus habilidades aprendidas a través de estas herramientas tecnológicas y buscar innovar sus actividades y funciones. Como algunos autores dicen pensar fuera del contexto tradicional y buscar mejores actividades que incidan en procesos de negocios optimizados. Hacer que esta generación logre a través de sus habilidades dar un salto cuántico.

El hacer mejoras al modelo de negocios puede ir desde mejores procesos de compra. Por ejemplo, en los años ochenta lo avanzado era tener en una hoja electrónica las listas de precios de proveedores y a través de procesos semi-automatizados se hacía la selección óptima, un compañero de trabajo llamado Juan se hizo un experto en ese tema.

Ahora, a través de sistemas transaccionales (denominados ERP – Enterprise Resource Planning-) se hacen captura de datos en los módulos de compra de los proveedores y en forma automática se hace esta selección y hasta se colocan los pedidos al proveedor según nivel de inventarios y se envían los importes y sus fechas de pago para determinar el pronóstico de flujo de efectivo. En forma similar se integra la cadena de ventas con nuestros clientes.

Entonces, ahora las empresas tienen una fuerza de trabajo o de tarea que fue acostumbrada desde joven a través de sus juegos y herramientas a innovar sus actividades para lograr metas. El reto actual en las empresas es usar el talento de ellos en innovar su modelo de negocio, y prepáralo para los retos de los tiempos actúales y así alcanzar sus metas estratégicas.

El autor en Contador Público Certificado con Maestría en Administración y Maestría en Finanzas. También es experto en Planeación Estratégica. Es Socio del Despacho Elizondo Cantú.

Opine usted: igonzalez@elizondocantu.mx

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.

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