Liderazgo Con Sentido Humano

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En nuestro libro Ética en las Organizaciones (Ética nas Empresas, en su edición en portugués) describimos los aparentes contrasentidos entre “hacer negocio” y la responsabilidad imperiosa en el interactuar con nuestros semejantes. En suma, una respuesta de la filosofía oriental para describir y resolver este dilema fundamental se logra a la luz de las enseñanzas de Confucio, expresado a través de la relación y coexistencia del yi (lo correcto) y el li (la ganancia).

La organización es un complejo sistema social en donde viven y conviven seres humanos, siendo los resultados financieros un medio, importante sin duda, para que estas personas logren sus propósitos, objetivos y bienestar; el líder es el factor primordial para instalar esta dinámica virtuosa de hacer lo correcto, beneficiando al individuo y maximizar las ganancias, favoreciendo al accionista.

La revista Fortune, que año con año selecciona 50 líderes sobresalientes, modificó sus criterios en su lista del 2018, incluyendo parámetros tales como la desagregación (unbundling), inspiración, empoderamiento y la capacidad de retroceder para retomar el camino. Incidentalmente, Fortune coloca como protagonistas del liderazgo ejemplar a estudiantes estadounidenses quienes se manifestaron para exigir mayor regulación para las armas de fuego; a fundaciones como la de Bill y Melinda Gates por sus contribuciones para combatir la malaria; a movimientos sociales como #MeToo, por su activismo para exponer la discriminación y abuso sexual que enfrentan las mujeres en el trabajo; al CEO de Merk, Kenneth Fraizer, quien corrió el riesgo de ser el primer asesor en renunciarle a Trump, disparando la credibilidad y percepción de integridad de su persona y su empresa. Sobresale también el único mexicano en la lista, Daniel Servitje, por sus esfuerzos para desplegar los productos de Bimbo a familias de bajos ingresos, así como por sus iniciativas para la conservación de nuestro planeta.

El común denominador de estos líderes son las decisiones para hacer lo que es mejor para la gente, esto es, la desagregación de sus actividades que en esencia constituye un dilema para el líder tradicional, quien predica el imperativo de incrementar continuamente su poder y autoridad. La diferencia fundamental es que este liderazgo emergente se basa en inspirar para que las cosas sucedan.

Liderazgo con sentido humano conlleva a instalar un espacio de reflexión en el proceso de decisiones empresariales que permita reconocer el valor y la dignidad de la persona, para cimentarlas en principios de justicia y solidaridad, sin perder de vista en ningún momento las exigencias del negocio como motor económico en la sociedad. Este horizonte humanista nos presenta el imperativo irrenunciable de concebir el liderazgo, la responsabilidad toral del líder en el ecosistema del trabajo, como un entretejido de valores y competencias de gestión.

Los ortodoxos de la filosofía oriental indican que la riqueza material obtenida sacrificando a la persona es de alguna manera fuente de desventaja competitiva en el largo plazo: realmente no existe una tensión real intrínseca entre los intereses materiales propios de un negocio y la responsabilidad del líder de imprimirle sentido humano a su actuación cotidiana.

El autor es Socio Director de Autodirección y Aprendizaje, SC. y Consejero de ERIAC Capital Humano; Maestro en Administración de Tecnología por el MIT, Maestro en Recursos Humanos por la Universidad de Utah y Doctor en Innovación Educativa por el ITESM.

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